El pasado 5 junio en las inmediaciones
de la estacion parisina de Saint-Lazare tuvo lugar otra agresión
fascista en la que, lamentablemente, el joven antifascista Clément
Méric fue asesinado por el fascista Esteban Morillo.
Tras encontrarse Clément y unos amigos
con un grupo de neo-nazis, en el interior de un local comercial, les
hizieron patente su rechazo de forma pública. Los fascistas al verse
increpados respondieron con violencia, su modus operandi habitual,
mediante un conato de enfrentamiento que fue evitado por el personal
de la tienda en la que se encontraban. Tras esto los neo-nazis
abandonan la fiesta esperando en la calle a Clément y sus amigos
para agredirles en cuanto se vuelven a encontrar causando la muerte
de Clément por los golpes recibidos en la cabeza por parte de
Esteban Morillo, al parecer mediante un objeto contundente como un
puño americano.
Este suceso alcanzó el grado de
noticia en los mass-media debido a su desenlace ( y quizá a ese gen
que compartimos humanos y tiburones) no sin cierta razón porque, en
honor a la verdad, las agresiones fascistas, en los últimos tiempos,
han alcanzado una regularidad que las hacen habituales.
Como era de esperar el tratamiento de
la noticia fue de lo más dispar. Desde medios de corte
“conservador”, que alegaban que los provocadores del incidente
fueron Clément y sus compañeros antifascistas y que los fascistas
actuarón en legítima defensa siendo la muerte algo trágico y
accidental que se produjo por que al caer al suelo Clément se golpeo
la cabeza con el bordillo o con un bolardo, hasta los de corte
“progresista”, que no exime a los fascistas de su responsabilidad
e intenciones pero que si retrata el suceso como un enfrentamiento
entre extremos antagonistas y se incide en el origen español del
agresor (haciendo gala de un chauvinismo que puede ser uno de los
motivos por los que el fascismo identitario tenga tanto arraigo en la
sociedad francesa)
Sin embargo esta forma de presentar los
hechos que pretende criminalizar a lxs militantes antifascistas de
izquierdas equiparandolos con los grupos fascistas no hace, a nuestro
juicio, más que delatar una debilidad de la sociedad civil. Lxs
vecinxs dejan campar a sus anchas por las calles a estos grupos
fascistas, sin mostrarles su rechazo públicamente, mientras no sean
ellxs los agredidos y, precisamente, para no convertirse en blanco de
sus próximas agresiones.
Ese miedo es comprensible, lxs
antifascistas también lo sentimos, pero negar la existencia de una
realidad que tenemos frente a nosotrxs no hace que desparezca, muy al
contrario, nos convierte en cómplices. Solo la unión entre lxs
vecinxs y ciudadanxs nos hará vencer el miedo, al ver que no estamos
solos, y nos proporcionara herramientas para que los fascistas no
tengan espacio en nuestras calles y barrios.
De nada valen las declaraciones de
François Hollande sobre la ilegalización de los grupos violentos de
extrema derecha, que se quedarán en 4 gestos más espectaculares que
efectivos y que se traducirán en más presencia policial para poder
ejercer mejor el control social y por tanto la represión a todo
movimiento que ponga en tela de juicio el statu quo vigente (lo hemos
visto tantas veces y en tantos escenarios), la lucha contra el
fascismo es y debe ser popular, lo cual se reflejara en las
instituciones, pero no puede venir de manos de aquellos que son una
parte más del problema (el fascismo no son solo los grupos
neo-nazis).
Ultimamente parece haber un ascenso de
la ultraderecha en toda Europa, tal es así que no tienen ningún
pudor en emitir sus amenazas (tras la aprobación del matrimonio
homosexual en el Estado Francés la fascista Brigitte Bardot anuncio
que habría sangre) y hacer lo posible por cumplirlas para que luego
los responsables políticos del fascismo se desvinculen de los hechos
y sus autores. Es necesario mostrar alto, claro y sin reservas
nuestro rechazo a sus posiciones de manera inmediata antes de que sea
demasiado tarde y tengamos que lamentar más muertes.
Desde aquí queremos mandar nuestras
condolencias y apoyo a los familiares y amigxs de Clément así como
denunciar la manipulación mediatica y politica de este asesinato
fascista.
Nostrxs no olvidamos, Ninguna agresión
sin respuesta.
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